lunes, 27 de abril de 2015

Desde el cielo

    A veces las rutinas de la vida, girando a la rápida velocidad del mundo, nos hace dejar en segundo plano las cosas que más importan, aún el valor de los pensamientos y sentimientos. A caso por esto no escribí antes lo que en esta nota. Hecha la más sentida disculpa a mis queridos amigos y en especial a mis familiares, les diré que es mi deseo que estas palabras sean un homenaje a la memoria de mi difunta abuela paterna, Wilma López.
   Fue la noche del 22 al 23 de abril, en la que tuve aquel sueño del que hoy escribo. Me encontraba en mi habitación cuando oí sonar un teléfono y, al levantar una lapicéra que estaba apoyada sobre mi escritorio, el sonido se cesó.
   Con la tapa en mi oído pude escuchar al otro lado la voz de mi abuela que, ante mi pregunta confirmó que era ella quien había llamado. Entre el sonido metálico de vajilla chocándose y múltiples voces en charla interminable, dejó saludos para mi familia, para mi padre, para una tal Lili, cuyo apellido no recuerdo, y para todos quienes la conocimos en este mundo.
   Dijo que estaba bien, cosa que de hecho confirmé cuando de fondo, por sobre las voces del gentío que la acompañaba, escuché con rotunda claridad el aleluia de Haendel, interpretado por los angelicáles niños cantores de Viena.
   Pedí disculpas a mi abuela por las veces en que, por uno u otro motivo, no la había podido visitar. Disculpas que, para absoluta tranquilidad de mi conciencia, fueron aceptadas
   Poco tiempo después de empezada aquella melodía desperté, pensando en cual había sido la razón por la que mi abuela me habría elegido para la transmisión de un mensaje como este, a mí, por sobré sus propios hijos. Algo que le agradezco y agradeceré por siempre, desde lo más profundo de mí es este honor que nunca, ni aún hoy, creo haber merecido. Por ello muchas gracias abuela, descansa por siempre con la misma paz que aquella noche se vio reflejada en tu voz.  

sábado, 4 de octubre de 2014

La rata

     Una brisa de inspiración me sobreviene, siento activarse mi energía creativa, veamos juntos que traen los vientos del destino. Al cerrar los ojos veo montañas, montañas verdes, parece un bosque. Lo envuelven las nubes que acompañan un cielo azul.
     Veo allí abajo entre los árboles, subiendo una de las montañas, a cinco personas: dos niños, una niña y dos adultos. Los Tres niños tomados de la mano, caminan por detrás del hombre y la mujer, que caminan también juntos por su lado.
     Eso, es todo lo que la brisa de inspiración me trajo, un ambiente muy pacifico. Pero un cuento no existe sin un conflicto. Debo concentrar mi energía para crear uno, aunque me dé pena quebrantar su paz…  Ahora están entrando a una cueva, oculta entre la maleza crecida bajo los árboles. Perfecto, veamos qué puedo hacer.

     Se encontraron con el viejo maestro Xi, sentado en una saliente de la pared derecha. Apenas se lo notaba entre la oscuridad, por su barba blanca.
-Pero si es la familia wan… ¿Qué buscan aquí?-
-Honorable maestro Xi…- Decía el padre humildemente. –Hemos venido por su ayuda. Requerimos el poder de la rata para ayudar a Wan Meilí.-
-De modo que la abuela Wan requiere mi ayuda… y ahora envía a su descendencia a buscarme.-
-Sí, no puede moverse, los doctores dicen que ya no volverá a caminar…- Explicó tristemente la niña.
     La expresión del maestro Xi mostraba una fría sonrisa de satisfacción. La mujer que hace tiempo lo había rechazado, hoy suplicaba la ayuda del guardián de la rata, y los poderes de su talismán.

     Un buen giro y una idea para desarrollar, perfecto, con esto la historia puede ir para adelante. El comienzo de una segunda historia, o el final por escribirse: depende de cómo se vea. Por lo pronto, sería bueno un flashback, pero despacio… de a poco… algo como…

     El anciano no podía olvidar aquella vez en el mercado. Entre tanta gente que iba y venía alborotadamente por aquellos angostos pasillitos de tierra, la vio. Estaba comprando un juego de té.
     Mientras él pasaba por entre la masa, ya cerca de ella, pudo notarla caer, se habría tropezado. Xi volvió bruscamente sobre sus pasos Para llegar a tiempo a salvar la frágil compra de la joven, liberando sus manos para que pudiera sostenerse.
-¿Está bien señorita?-
-Sí, muchas gracias-
-Aquí tiene. No debería usted andar sola por aquí, podría perderse, ofrezco acompañarla, al menos hasta salir del mercado-Y así la guió por entre la multitud hasta las afueras del lugar.
-Dígame gentil señorita, su nombre es… -
-Me apellido Wan, me llamo Melí.-
-Yo soy Xi, Xi Makian. ¿Podría tal vez algún día tomar el té con usted señorita? Sería para mí un honor.-
     Con una mirada a su compra, la joven se percató de que el juego de té no estaba completo, como al salir de la tienda. Faltaba una cuchara.
-Joven Xi, un hombre que no puede siquiera asegurar que nada le ocurra a mis pertenencias en un mercado, no merece tomar el té conmigo.-
     Desde entonces, Xi Makian se abocó al entrenamiento como guerrero en aquellas montañas, donde alcanzado el grado de maestro del Kung fu, le fue asignado el cargo de guardián de la rata.

-Aunque accediera a darle mi ayuda, no puedo hacerlo sin el consentimiento del maestro mono. Tendrán que viajar hasta su templo y traerme su permiso, sólo él puede autorizar a los demás guardianes-
-Pero el talismán es suyo señor…-
-Sí, pero sólo tengo permitido usarlo para la protección de este templo.-

     Bien, el conflicto está planteado, las dos historias presentes. Ahora el viaje de la familia. Podría omitirlo, Pero tal vez sería mejor mostrar una parte de él. ¡Pero a donde fueron… se están desviando, ese es el desierto, si no los ayudo a reencausarse, se van a perder y nunca van a encontrar los bosques!
     Pero un autor no puede intervenir bruscamente en una historia... aunque de verdad necesitan mi ayuda. Tengo que bajar, pero… ¿Cómo podría ayudarlos sin ser demasiado brusco y perder el sentido del cuento?
     Existe un recurso que la literatura fantástica usa especialmente en casos como este, pero para ser sutil, debo adaptarlo. Veamos, estamos hablando de China… ¡Sí, por supuesto. Ya sé que forma adoptar!

     Y entonces, una tormenta de arena los encontró desprevenidos. Cubriéndose unos a otros con sus ropas, tosían irrefrenablemente mientras un remolino se formaba en su camino. A medida que la velocidad del viento bajaba, se les revelaba en el ojo del torbellino la figura de un pequeño dragón, que se mantenía a dos metros del suelo.
-¿Hacia dónde se dirigen, nobles viajeros?-
-Al templo del mono…- Me respondió uno de los niños -… ¿Quíén eres tú?-
-Se me conoce como el dragón del aire, guía de los caminantes. Estoy aquí porque han equivocado el rumbo, Wan.-
-¡¿Pero cómo puede ser?! ¿Habremos bajado por el lado equivocado de la montaña?-
-Véalo usted, señor Wan: Llevan ya bastante tiempo caminando por este desierto.-
-¡Tenemos que volver!-
-Puedo llevarlos al bosque del mono. Pero si se pierden estando dentro, no podré ayudarlos más.-
-Por favor…-
-Pídalo.-
-Quiero estar con mi familia en el bosque del mono.-

     El deseo fue pedido, pero necesitaré muchísima energía creativa para pasar de ese desierto al bosque… Dónde se ha visto que en un desierto crezcan árboles. En fin, el dragón del aire no puede negarse al deseo de un viajero, así que lo tendré que cumplir. Aquí vamos…

-¡Sosténganse Wan!-
     Y el remolino volvió a formarse en torno al grupo y el dragón. Mientras los humanos se cubrían, la criatura…

     Mmm… es algo difícil…Tal vez podría usar la filosofía griega del origen de los elementos. Los presocráticos atribuían la génesis de todas las cosas al agua o al aire, dos de los elementos con los que se asocia al dragón.

…la criatura lanzó una ráfaga sostenida de viento huracanado por todo su derredor, regulando la presión de aire. Allí donde soplaba con menor presión, abarcando espacio, crecían pastos verdes, unos altos, otros bajos. Mayor presión creaba árboles, que se alzaban formando el bosque. Frente a ellos, un frondoso árbol extendía sus ramas en todas direcciones. En la base de su tronco se veía en bajo relieve la figura de un mono.
-Señores… - Decía el dragón al tiempo que la velocidad del torbellino decaía –Están ahora ante el templo del mono. Ahora debo irme-. Tan súbitamente como se les había aparecido, lo vieron desvanecerse en la brisa.

     ¡Uh, eso fue muy complicado! Espero que puedan seguir por sí solos después de eso, porque una vez asumido un personaje, no puedo tomar la forma de otro sin alterar la historia. Ahora, para corregir el desastre que me obligaron a hacer, tengo que poner en otro lugar el desierto en que estaban. Supongo que con moverlo un par de kilómetros estaría bien. Unos 20 km. Sí, con eso es suficiente. Es una suerte que ya haya hablado del desierto en la historia…

-Está bien… les daré permiso, pero sólo por honrar mi amistad con el maestro Xi.-
-Gracias, noble guardián mono…-
-Descansen viajeros, no creerán que los dejaría emprender viaje ahora que está cayendo la noche.-

     Muy sabio, maestro mono. Ahora podré evitar que se pierdan de regreso. Sé que dije que ya no los ayudaría, pero es mejor asegurarme.

     Esa noche, poco tiempo antes de recostarse en aquella cama de hojas, Wan padre tuvo un sueño. Podía ver al dragón del aire, volando desde el templo del mono al de la rata, bordeando el desierto y por sobre los grandes picos.
     A la mañana siguiente partieron todos. Guiados por la visión de su líder, los Wan regresaron al templo de la rata en menos de 12 horas.
-Maestro Xi, obtuvimos la autorización del mono, señor-
-Déjenme leerla… Según dice el mono, yo debo bajar con ustedes al poblado.-
     Esta era la oportunidad que esperaba el anciano Xi. Hacía 50 años que no veía a su amada Meilí. Este era su único pensamiento mientras retiraba el talismán de la rata de su refugio en una pequeña cavidad al fondo de la cueva.

     Ah, bien, bien, lo único que faltaba era que necesitaran mi ayuda para volver a su casa. Perfecto, ya llegaron, sólo tienen que llegar a la abuela, que está en la habitación al fondo de esa sala. Bien, muy bien…

-¿Eres tú, Wan Meilí?-
-¡Shí Makian! Se rumoreaba entre las familias del poblado, que habías partido hacia los grandes templos, pero nunca creí esa historia.-
-Ahora soy el guardián de la rata, ningún movimiento puede sorprenderme, puedo verlos antes de que ocurran.-
El tono de reproche no pasó desapercibido para la abuela Wan.
-¿Quieres decir que todo eso fue por lo que pasó en el mercado?-
-Tú me rechazaste Wan Meilí, así que decidí entrenarme para que nada más se me escape en esta vida. Y hoy tu familia me pide ayuda para devolverle la vida a tus piernas inmóviles.-
-Le demostraría mis respetos en reverencia, maestro Xi, si pudiera levantarme de esta silla…-
     Aquella era una expresión de autentico martirio para la pobre anciana. suficiente para el maestro.
-Atrás.- Dijo, mientras sacaba el talismán de entre sus ropas. Al presionarlo suavemente contra las piernas enfermas, comenzó a recitar cánticos repetitivos en tono bajo; un mantra que duró varios minutos.
-Puedes levantarte Wan Meilí.- Anunció Xi al retirarle la roca.
     Tímidamente, la abuela apoyaba su peso en las piernas. Cuando descubrió que podía pararse, comenzó a caminar. Sin dolor ni molestia alguna, giraba sobre su nueva posición frente a la puerta, para mirarlos a todos, y en especial al maestro Xi.
-Xi Makian, ¿te gustaría tomar el té conmigo?-

     Y así termina. Perfecto, ahora lo único que le faltaría es el título. Uno corto, que englobe toda la historia en pocas palabras… ¡Claro! Será


La rata.

viernes, 3 de octubre de 2014

El éxito

A mis lectores todos. Y en particular
agradecimiento a Ana Martinez Perez

     Se escurre sigiloso entre los pliegos de la vida, unas veces por tímido, otras por fugitivo. Se lo ha visto en muchas cosas, se lo ha creído ver en otras: se dice que tiene cara de billete. Se cree que una vez visto, una vez encontrado, se quedará por siempre con su amo, cual fiel mascota, para acompañarlo a cazar la vida. Pero eso no es más que una ilusión, vana, absurda.
     El éxito es en realidad el ángel que a todos visita cuando lo merecen, un ángel sin rostro y sin altar. No hay ni hubo ni habrá jamás un lugar donde se encuentre o se pueda dejar de encontrar; ni por siempre con uno se habrá de quedar. No se lo hallará en la vida, sino en los sucesos que se viven. Hace poco lo aprendí, de una mujer que por fortuna conocí, un alma que sin una mísera moneda, me ha dado algo que no se puede pagar… el deseo de siquiera conocerme, demostrar mi importancia para ella, para ella y nadie más.

¿Me considero exitoso por haber vivido ese momento? No. A caso lo fui entonces, pero no lo soy ahora, o lo seré tal vez, para ti, querido lector, si pudiera mi obra llegar a tu alma y corazón. 

sábado, 23 de agosto de 2014

Mi Argentina

     Gloriosa y altiva nació, entre laureles de sangre y brillo del sol. Brillan en su nombre las almas de hombres y mujeres de bien, que por ella han dado todo cuanto tenían, ofreciendo hasta la vida por verla libre. A ellos todos agradezco por dar vida propia a mi Argentína, jardín de multiples paraísos.
     Cuna de tango, mate y gambeta. Brilla su espíritu en la más preciosa canción de la tierra; espíritu noble que recibe a todo extranjero con los brazos abiertos. Canción que suena intima en los corazones de sus habitantes y orgullosa en los que la portan alrededor del mundo, en la forma de identidad y acaso a veces la cantan, entre lágrimas. “Oíd mortales el grito sagrado: “¡Libertad!””.
     Observad en sus voces el brillo del Plata, que nunca habrá de apagarse; que quema y rompe todas las cadenas. Monarquía o dictadura, guerra o moneda; nada resiste a su fulgor. En el más recóndito rincón puede verse su justa luz, brotando de aquella isla que vio caer a mies de jóvenes que, como mártires dieron su vida por una causa justa, aunque sin razón. Pero sus muertes no fueron en vano, sus almas valientes mantendrán vivo el brillo del Plata por la eternidad y ningún buitre los devorará. “Coronados de gloria vivamos, o juremos con gloria morir”.
    Mi argentina, castillo de las más bellas princesas del mundo, hogar del galeno de más noble corazón; Vos que viste nacer a Borges y cortazar, a Sábato y Casares, acepta éste mi humilde homenaje. Sos mi grandiosa identidad.  Por eso escribo para los libres del mundo, humilde pero orgulloso. “Al gran pueblo argentino salud”.

sábado, 16 de agosto de 2014

La magia y la luna

     Más de dos meses llevaba sin escribir una sola línea, una sola letra, y pareció una eternidad; como si el tiempo hubiera detenido mis letras. Pero, como el mismo tiempo bien sabe, todo concluye al fin. Con fuerza renovada surgen en mí las letras, despertando de su letargo, para fluir nuevamente y reunirse con mis sueños y recuerdos, para así conjurar un nuevo texto.
     Pero, ¿qué fue esto que me detuvo tanto tiempo privándome del goce de la creación del arte? Espero que en esta noche, al amparo de la luna, mi astro regente, aquella fuerza negativa que hasta hoy había sometido mi alma al encierro del silencio, se desvanezca. Que su Luz anime mi espíritu y me permita continuar… porque es en noches como esta cuando he escrito mis bonitos poemas y tal como el niño despierta por la mañana, alegre y radiante, despierta La magia por las noches, entre deseos, sueños y recuerdos.
     Buscando escribir con tanta ternura como pasión, La magia los toma y, como humilde escritor, entrega su alma toda para darles vida entre las letras, unas veces por sí, pero las más de las veces por otros, y no simple y llanamente por pretender dedicar su obra a otros, sino porque ellos se tornan en su fuerza, como la misma luna y su Luz.
     Pero de entre las gentes de esta tierra y sin importar quienes hayan recibido o vayan a recibir alguna vez el espíritu de sus palabras, La magia reconoce una única alma que pueda recibirlas por la eternidad. Una niña tímida, como la luna, que muestra su rostro de a poco. Una niña que posee la grandeza de los humildes, como la luna, que apenas con un brillo tenue se ofrece para alumbrar la noche. Una niña dulce y tierna, como la luna que cobija a los que se aman. Una niña de alma tan brillante como la luna; chispa de bondad en la oscuridad de la noche. Su nombre es a caso el brillo mismo de la luna; su nombre... es Luz. 

viernes, 27 de junio de 2014

Sueño latente

Escrito el 21 de agosto de 2013
A Giuliana Rosario Del Gallo, por su tierna y noble amistad.

     Llevaba diez años encerrada en esa habitación; conectada a un aparato por cada función de su cuerpo, salvo el pensamiento. su cerebro seguía registrando actividad, en él aún se conservaba la esencia de Giuliana, que se negaba a rendirse, nadie le quitaría ni tendría por qué quitarle su valioso nombre.
     No, ella era perfectamente consciente, y recordaba bien aquel día. Estaba en casa de su abuela, ayudándola a coser un sweater.
-¿Qué vas a hacer cuando lo termines abuela?-
-Es para vos.-
-Gracias abu-
-¿Podrías pasarme el hilo verde?-
     Por un descuido al buscar el hilo, una de las agujas en la caja se clavó en su mano, en sólo unos segundos, se desmayó.
     Desde entonces sólo recordaba aquella oscuridad. Ajena al espacio y al tiempo, no sentía su presente ni podía imaginar su futuro. Sabía que algo no estaba bien, ya varias veces se había esforzado por despertar, pero luego de cada intento se sentía débil, cansada, y le tomaba tiempo recuperarse. A veces se enfurecía consigo misma, no entendía cómo es que no podía despertar. Sólo los buenos recuerdos, como los de su novio y amigos la ayudaban a soportar la situación.

     En cuestión de minutos, una ambulancia respondía al llamado de su abuela, la llevaron al hospital. Allí, se la puso bajo coma inducido para controlar la hemorragia interna y poder trabajar para restaurar  la vena dañada.
-¡Suban la temperatura del quirófano, rápido!-
-¡¿Qué pasa doctor?!-
-Está fría ¡Quiero un análisis de sangre, ahora!-
     Ante las serias demandas del anesteciólogo, la temperatura de la sala fue regulada a 37 grados. Él mismo extrajo la muestra de sangre.
-¡Esta es la muestra, que sea rápido!-
-Tu prevención ante los síntomas del cuerpo es admirable Martín, pero sabes que el análisis tarda 48 horas, si el alerta es tal como dices…-
-No es un cuerpo, es una persona, y seguirá siéndolo. Y este análisis es prioridad.-
     Allí estaban el anestesiólogo y la cirujana, mirando fijamente el cuerpo inmóvil de la joven Giuliana, preguntándose qué pudo haber pasado.
-Recuperó su temperatura, su pulso es débil, pero constante.-
-Será mejor mantenerla así hasta saber qué causó ese cambio de temperatura. ¿Qué sucede martín?-
-Yo se lo diré a la familia.-
     Tres horas después, los padres y abuelos de Giuliana fueron convocados al hospital para recibir la noticia,
     Quedaron devastados, su abuela se sentía culpable. Una operación tan simple, qué pudo haber salido tan mal, que habrían de encontrar en aquel análisis. Los médicos les prometieron que los llamarían tan pronto como supieran qué ocurrió.
     Dos días más tarde, la respuesta llegó. Enfrentar a la familia era ahora más difícil. El anestesiólogo no se atrevía a llamarlos sin saber cómo ocurrió.
-Lidia, volviste de vacaciones hace tres meses,¿verdad?-
-Sí, ¿por qué?-
-Tienes que ver esto…-
-No puede ser… esa estructura…-
-Un virus... la pequeña Giuliana tiene un virus.-
-Nunca vi uno con una estructura como esa… pero si yo nunca sentí nada… entonces sólo fui portadora. Y los virus no tienen cura… Bueno, tenemos que despertarla mientras vemos como contrarrestarlo.-
-No podemos… no lo haré-
-¿Qué?-
-Ese frío… tú no lo sentiste…-
-Martín qué estás diciendo…-
-Temo que su cuerpo no pueda mantenerse con vida si la despertamos…-

     La cirujana fue suspendida un mes antes de que su sentido de culpa la obligara a renunciar, la familia vivió más tranquila desde entonces, pero preocupada porque los médicos no podían reconocer el virus.
     Todos los días al menos uno de ellos la visitaba, incluso su novio la visitaba todos los sábados.
-No importa cuanto tardes en despertar, sé que algún día lo harás, y yo estaré para ti cuando eso pase.-
     Y así seguía Giuliana presente en los corazones de quienes la amaban, manteniendo sus esperanzas de verla levantarse de aquella camilla. Por supuesto que no esperaban lo sucedido. A cinco años de caer en coma, el corazón de Giuliana se detuvo.
-Lo sentimos mucho señores… su hija sufrió una muerte clínica…-
     Un oscuro silencio invadió el lugar, Los padres de Giuliana se pusieron blancos, no podían reaccionar.
-Giuli… ¡Quiero verla, quiero ver a mi novia.-
-Sí, queremos verla.-
-vengan conmigo.-
     Ya en la sala, todos le dedicaban sus más sentidas palabras a una hija excelente, una hermana tierna y dulce, una muy querida paciente.
-¡Ella vivirá!-
-Pobre muchacho, ya entró en negación…-
-¡No idiota, miren todos, ¿Qué muestra ese aparato?!-
-Actividad cerebral-
-Entonces vivirá-

     Durante diez años, su familia se resistió a la idea de tomar la decisión fatal, pero no veían ya otra opción. Al día siguiente de aquel trágico aniversario se encontraban todos reunidos en la sala, padres, hermano, novio, abuelos, incluso un amigo había venido de lejos, nadie que quisiera a Giuliana estaba ausente.
-¿Seguros que quieren hacer esto?
-Sí-
-No-
-Lo sé muchacho, sé que la amas, pero dime si realmente crees que estar así es mejor para ella.-
-¡Alto, nadie toque esos cables!- La convicción del amigo de Giuliana, que se encontraba arrodillado al lado de la camilla sorprendió a todos.-
-Giuli transpira, y por lo que me contó su familia, esto no es normal.-
-De hecho no, tuvimos que controlarla por 10 años para mantener la temperatura apta para su vida… la voy a bajar a 24 grados, veamos sí…-
-No, preferiría que su novio intentara hacerla reaccionar primero.-
-Pero qué…-
-Mi madre es médica señor.-
Con las esperanzas renovadas por el hijo de una doctora, el muchacho se acercó.
-Gracias…-
-Por favor no pidas que me mueva, No pienso hacerlo hasta que reaccione, soy su mejor amigo…-
-Bien. Giuli mi amor, despierta preciosa, déjame ver una vez más tus ojitos, déjame escuchar de nuevo la dulce voz que solía salir de tus labios…- A cada palabra se acercaba más a ella, aún inmóvil en su profundo sueño. Sabiendo lo que sucedería, el amigo de Giuliana cerró los ojos en señal de respeto.
-Por favor despierta mi querida amiga, despierta…-

     Primero los labios, luego su mano izquierda, que tomaba la de quien sentía a su lado, luego un suspiro, testimonio del despertar de su voz, una a una cada parte de su cuerpo iba reaccionando a la situación. Luego sus ojos se abrieron, Giuliana había despertado.  

domingo, 8 de junio de 2014

La vida

     La vida, ah… la vida; esa chispa divina que a la creación de Dios permite más que el simple estar, en algún rincón de los vastos confines del universo. Les permite ser, cambiar, sentir. El cambio es parte de la esencia de la vida, unas veces predecible, como el dormir de cada noche, y otras tantas tan repentino como la magia del amor, de la que nunca podemos saber cuándo mi como surgirá.
     La vida está llena de momentos, grandes y pequeños, débiles o intensos, Pero aún el más pequeño de ellos puede ser un gran suceso. Recibe cada día con alegría y se el faro de luz que guie en su camino a los demás y cada momento será más feliz.
     Aunque algunas circunstancias, puedan tal vez ser mejores que otras, encienden ellas todas luz en tu camino. Sabrás verla si eres perceptivo. Y cuando el cielo te abra sus puertas, recuerda que bajo la mirada cósmica, nacer, crecer y morir, no es otra cosa que vivir.