jueves, 27 de junio de 2013

Fidelidad

     Traición por fidelidad, un concepto difícil de entender, incluso para ella, que gustaba de filosofar en la tranquilidad de las noches. No creía que dos palabras como esas pudieran jamás reunirse en una oración.
     Pero aquella noche vio cambiada su opinión, un nombre se había convertido en su dilema existencial.
-¿Qué debo hacer… que debo hacer…?-
     Recuerdo cuando lo conocí, fue en el teatro nacional. No era más que un espectador, valiente espectador. Había terminado el espectáculo cuando se acercaba a mí, me llamó la atención como empujaba frenéticamente al resto del público con tanta fuerza, aunque fuera que pedía permiso para pasar, parecía muy determinado. Después de ver eso me veía obligada a cruzar al menos un par de palabras con él.
-Excelente baile señorita- Dijo mientras corría la manga de un brazo para mostrarme un tatuaje. Una media luna y una estrella.
-¿Tú eres…?-
-Sí. Mi nombre es Yair. Felicitaciones, mi familia es de origen árabe, y debo decir que diste la mejor interpretación de la danza de los siete velos que haya visto en este país.-
-Me gustaría conocerte mejor, si no es molestia.-
     No debí aceptar, no sé por qué, no sé por qué Dios lo puso en mi camino. De verdad que me gustaría saber. Sólo sé que en los siguientes siete días me envió regalos, siempre acompañados de alguna nota. La semana siguiente quedamos de salir.
     Cuando me di cuenta llevábamos seis meses juntos, pero nunca pensé en realidad en eso, jamás esperé que él me lo pidiera.
     Había pasado año y medio de aquel encuentro. Su familia me recibió ese día, pero dijo que debía esperar para verlo.
-No lo molestes, está orando…-
     La puerta de su habitación estaba cerrada, pero me lo podía imaginar. Arrodillado, mirando hacia su ventana. Unos minutos después su padre entró, pero sólo pude escucharlo a él.
-Que pase.-
-Ahora puedes pasar.-
Cuando entré aún estaba de rrodillas a su ventana.
-Perdón yo, creí que habías terminado…-
-Estaba orando.-
-Lo sé.-
-Le pedía a Alá sus bendiciones para nosotros.-
-Que tierno…-
-Y que me bendijera a mí para que aceptes ser mi esposa.-
     No podía reaccionar. Después de decirlo se puso de pie y volteó a mirarme, sus ojos fijos en los míos, con esa expresión de súplica que me mostraba cada domingo que me pedía pasar el día con él. Ya decían mis abuelos que no debía yo dejarme llevar tanto.
-Escucha, nos alegra verte feliz, pero no creemos que sea lo mejor para ti, él no te entendería tanto como quisieras…-
-Pero yo lo amo…-
-Lo sabemos… Dios y la virgen te guarden…-
     Y allí estaba yo, frente a él con una propuesta de matrimonio, comenzaba a sentirme incómoda, y fue para peor.
-Sé que los novios católicos se regalan anillos como obsequio de bodas, yo tengo esto para ti. No podía traer uno de Turquía, este es de mi madre, pero después de mucho discutir me permitió regalártelo.-
     Una piedra de hade, una piedra de hade engarsada en un anillo. Nunca soñé con un regalo como ese.
-Te daré un mes para que lo pienses.-
-Un mes.-
-Para casarte conmigo debes convertirte.-

     Y desde entonces me siento así. Hace ya tres semanas de eso, apenas me reconozco. Aún no me decido. Que duro es pensar que para ser fiel al amor deba traicionar a mi fe. 

5 comentarios:

  1. Me sorprendió que escribieras algo en primera persona - mujer. Es la primera vez que leo algo así de vos, y la verdad que me gustó.
    Le diste a la chica unos pensamientos bastante limpios y menos caóticos de los que son los de nosotras por lo general (y eso que soy bastante simple, eh!).
    Me gustó que lo cortaras ahí, me dejaste espacio para imaginar el resto, pero no está tan copado lo que pensé.

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    1. Me alegra que te guste... no pretendo entender a las mujeres tanto como los hombres quisiéramos, pero... lo suficiente para esto. Lo hice gracias a vos, Julieta, Giuliana, a Ana (Luz de luna)... a todas ustedes. Y me alegra haberlo hecho "lo suficientemente bien", por así decir.
      Gracias.

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  2. Me encantó. También me resultó jugado de tu parte hablar en primera persona como mujer. Tan ideales las situaciones y tan rápido se enamoraban, jeje muy lindo! :)

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    1. Por definición de mi personalidad, mi alma es, de por sí idealista, pero esas situaciones existen, ME HA PASADO de enamorarme bastante rápido... es natural cuando una chica es talentosa, dulce, inteligente y bonita y me lo muestra todo a la vez, en especial si su voz es dulce. No es imposible...

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  3. Respecto a escribir desde el punto de vista de una mujer... me gusta tomar desafíos cada tanto. Ada y Ana, a quien le dediqué el cuento por su gusto por la cultura árabe; se vieron muy conformes, en especial Ana dijo que lo hice bien.

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