Traición por
fidelidad, un concepto difícil de entender, incluso para ella, que gustaba de
filosofar en la tranquilidad de las noches. No creía que dos palabras como esas
pudieran jamás reunirse en una oración.
Pero aquella
noche vio cambiada su opinión, un nombre se había convertido en su dilema
existencial.
-¿Qué debo hacer… que debo hacer…?-
Recuerdo cuando
lo conocí, fue en el teatro nacional. No era más que un espectador, valiente espectador.
Había terminado el espectáculo cuando se acercaba a mí, me llamó la atención
como empujaba frenéticamente al resto del público con tanta fuerza, aunque
fuera que pedía permiso para pasar, parecía muy determinado. Después de ver eso
me veía obligada a cruzar al menos un par de palabras con él.
-Excelente baile señorita- Dijo mientras corría la manga de
un brazo para mostrarme un tatuaje. Una media luna y una estrella.
-Sí. Mi nombre es Yair. Felicitaciones, mi familia es de
origen árabe, y debo decir que diste la mejor interpretación de la danza de los
siete velos que haya visto en este país.-
-Me gustaría conocerte mejor, si no es molestia.-
No debí aceptar,
no sé por qué, no sé por qué Dios lo puso en mi camino. De verdad que me
gustaría saber. Sólo sé que en los siguientes siete días me envió regalos,
siempre acompañados de alguna nota. La semana siguiente quedamos de salir.
Cuando me di
cuenta llevábamos seis meses juntos, pero nunca pensé en realidad en eso, jamás
esperé que él me lo pidiera.
Había pasado año
y medio de aquel encuentro. Su familia me recibió ese día, pero dijo que debía
esperar para verlo.
-No lo molestes, está orando…-
La puerta de su
habitación estaba cerrada, pero me lo podía imaginar. Arrodillado, mirando hacia
su ventana. Unos minutos después su padre entró, pero sólo pude escucharlo a
él.
-Que pase.-
-Ahora puedes pasar.-
Cuando entré aún estaba de rrodillas a su ventana.
-Perdón yo, creí que habías terminado…-
-Estaba orando.-
-Lo sé.-
-Le pedía a Alá sus bendiciones para nosotros.-
-Que tierno…-
-Y que me bendijera a mí para que aceptes ser mi esposa.-
No podía
reaccionar. Después de decirlo se puso de pie y volteó a mirarme, sus ojos
fijos en los míos, con esa expresión de súplica que me mostraba cada domingo
que me pedía pasar el día con él. Ya decían mis abuelos que no debía yo dejarme
llevar tanto.
-Escucha, nos alegra verte feliz, pero no creemos que sea lo
mejor para ti, él no te entendería tanto como quisieras…-
-Pero yo lo amo…-
-Lo sabemos… Dios y la virgen te guarden…-
Y allí estaba yo,
frente a él con una propuesta de matrimonio, comenzaba a sentirme incómoda, y
fue para peor.
-Sé que los novios católicos se regalan anillos como
obsequio de bodas, yo tengo esto para ti. No podía traer uno de Turquía, este
es de mi madre, pero después de mucho discutir me permitió regalártelo.-
Una piedra de
hade, una piedra de hade engarsada en un anillo. Nunca soñé con un regalo como
ese.
-Te daré un mes para que lo pienses.-
-Un mes.-
-Para casarte conmigo debes convertirte.-
Y desde entonces
me siento así. Hace ya tres semanas de eso, apenas me reconozco. Aún no me
decido. Que duro es pensar que para ser fiel al amor deba traicionar a mi fe.
Me sorprendió que escribieras algo en primera persona - mujer. Es la primera vez que leo algo así de vos, y la verdad que me gustó.
ResponderBorrarLe diste a la chica unos pensamientos bastante limpios y menos caóticos de los que son los de nosotras por lo general (y eso que soy bastante simple, eh!).
Me gustó que lo cortaras ahí, me dejaste espacio para imaginar el resto, pero no está tan copado lo que pensé.
Me alegra que te guste... no pretendo entender a las mujeres tanto como los hombres quisiéramos, pero... lo suficiente para esto. Lo hice gracias a vos, Julieta, Giuliana, a Ana (Luz de luna)... a todas ustedes. Y me alegra haberlo hecho "lo suficientemente bien", por así decir.
BorrarGracias.
Me encantó. También me resultó jugado de tu parte hablar en primera persona como mujer. Tan ideales las situaciones y tan rápido se enamoraban, jeje muy lindo! :)
ResponderBorrarPor definición de mi personalidad, mi alma es, de por sí idealista, pero esas situaciones existen, ME HA PASADO de enamorarme bastante rápido... es natural cuando una chica es talentosa, dulce, inteligente y bonita y me lo muestra todo a la vez, en especial si su voz es dulce. No es imposible...
BorrarRespecto a escribir desde el punto de vista de una mujer... me gusta tomar desafíos cada tanto. Ada y Ana, a quien le dediqué el cuento por su gusto por la cultura árabe; se vieron muy conformes, en especial Ana dijo que lo hice bien.
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